Santos inicia su último año de Gobierno con una llamada a unidad de Colombia
Pide superar las rencillas para poder continuar el crecimiento.
El Presidente, Juan Manuel Santos, comenzó hoy el último de sus ocho años de Gobierno con un discurso en el que hizo un llamado a la unidad del país y a superar las rencillas para poder continuar el crecimiento.
Santos, como es tradicional, participó en la conmemoración de la Batalla de Boyacá, que el 7 de agosto de 1819 selló la independencia de Colombia de España.
"Cambiemos la historia. Cambiemos nuestra forma de hacer las cosas. No frenemos la esperanza ni el curso natural de la vida que nos lleva a un futuro mejor", dijo Santos durante su discurso en el acto.
Sin hacer referencia a ningún partido o movimiento político en concreto, Santos pidió "no perder el tiempo en rencillas que no llevan a nada".
La polarización en Colombia ha crecido notablemente en los últimos años entre los opositores al acuerdo de paz firmado por el Gobierno colombiano y las FARC el pasado 24 de noviembre y sus defensores.
Por ello, Santos pidió que nadie pretenda "devolver el reloj y volver a un conflicto" que han terminado y reclamó que "las diferencias de pensamiento no impidan trabajar en armonía y convivencia por una Colombia mejor".
"Hoy, desde el Puente de Boyacá, en frente de un Ejército fortalecido y pujante, quiero invitar a todos los colombianos a que libremos juntos las batallas que nos quedan: las batallas para seguir reduciendo la pobreza, para continuar mejorando la salud y la educación, para seguir construyendo viviendas, para continuar creando empleo formal", aseveró.
Ante toda esa situación, el jefe de Estado reclamó que Colombia abandone los odios y abrace la vida, así como que cambie la forma de hacer las cosas.
A lo largo de su discurso, hizo un repaso de la historia del país y se preguntó en qué situación estaría si "el esfuerzo desperdiciado en luchar entre nosotros lo hubiéramos canalizado en luchar por nosotros".
También comparó el crecimiento de Colombia con el de Estados Unidos en estos últimos 198 años que han transcurrido desde el 7 de agosto de 1819 en que se produjo la Batalla de Boyacá.
En ese momento, el PIB per cápita de Estados Unidos era dos veces y medio el de Colombia.
"¿Y qué pasó? Que en lugar de empujar todos hacia el progreso, nos pusimos a pelear entre nosotros, tanto que durante el siglo XIX fuimos la nación de América Latina que más guerras civiles sufrió", subrayó Santos.
Para el mandatario, el mayor atraso de Colombia se generó en los primeros años de independencia, cuando hubo enfrentamientos "por egos y luchas de poder, en lugar de construir juntos".
En esa línea de discurso, repitió la frase que pronunció el pasado 20 de julio, cuando se conmemora el Grito de Independencia: "¡La Patria por encima de los partidos! ¡Colombia por encima de los egos!".
Esa sentencia se retrotrae a las guerras civiles decimonónicas, pero la aplicó al momento actual que vive el país.
Esta celebración, en que también se conmemora el 198 aniversario de la fundación del Ejército, supone de manera oficial para Santos entrar en su último año y da el pistoletazo de salida de manera no oficial a la campaña política que culminará en las elecciones presidenciales que se celebrarán entre mayo y julio de 2018.
Para afrontar este último año, Santos hizo una reforma en su gabinete de Gobierno en el que no hizo grandes cambios pero en el que renovó cuatro ministerios: Agricultura, Comercio, Transporte y Vivienda.
Esos cambios se suman a los que con cuentagotas se han ido produciendo en los últimos meses, ya que aquellos que aspiran a presentarse a las elecciones de 2018 deben dejar su cargo con, al menos, un año de antelación.
El cambio más notable fue la salida del vicepresidente, Germán Vargas Lleras, uno de los principales aspirantes a sustituir a Santos.
En su puesto entró el general en retiro de la Policía Óscar Naranjo, que tiene la misión de mejorar los indicativos de seguridad en el país.
Con esa sustitución se resume en parte la tarea del Gobierno de Santos para el último año, ya que tras conseguir la paz con las FARC -principal promesa electoral- debe ahora mejorar las condiciones de seguridad, especialmente urbanas.
Dentro de los retos que le esperan, está también el combate a la corrupción, con un fuerte impacto en la sociedad al conocerse las ramificaciones del caso Odebrecht en el país, la economía y la crisis del vecino Venezuela, así como la lucha contra el narcotráfico, el desempleo y la pobreza.
Por todo ello, en un reciente discurso se comprometió a seguir trabajando en el último año "como si fuera el primero".
EFE